Por: Mario Dávalos
Presidente de FondoMicro
Diario Libre, 27 de julio del 2019
Recurrentemente hay temas que se “ponen de moda” y ocupan muchas páginas de los diarios escritos y digitales. También están presentes en conferencias, congresos y otros actos públicos. Así fue con la PYMES, el control de la natalidad, la violencia contra las mujeres, el medio ambiente y el ecosistema, las cadenas de valor, etc… No es que los temas hayan pasado de moda, pues casi siempre son temas importantes y eternos que nunca deben escapar a la atención de la sociedad. Lo que pasa es que surge otro tema de moda que opaca a los anteriores en la comunicación social.
Este es el caso del tema de moda actual: la “inclusión financiera”. “La inclusión financiera significa, para personas físicas y empresas, tener acceso a productos financieros útiles y asequibles que satisfagan sus necesidades —transacciones, pagos, ahorros, crédito y seguro— prestados de manera responsable y sostenible.” https://www.bancomundial.org/es/topic/financialinclusion/overview
Y eso está bien. No cabe duda que tener acceso a productos y servicios financieros es mucho mejor que no tenerlo. Y más ahora con el Reglamento de Protección al Usuario de Productos y Servicios Financieros emitido por las autoridades monetarias. El esfuerzo actual se dirige sobre todo a “incluir” los que no tienen relaciones con el sistema financiero, quienes coinciden con ser “los de abajo”.
Pero hay dos asuntos, sin duda de carácter conceptual, que me mortifican grandemente. El primero es que la mayoría de los servicios financieros (por no decir todos) son para ampliar la base de clientes de instituciones privadas con ánimo de lucro. No digo que no haya ciertas ventajas para incluir a todos en el sistema financiero. Pero, ¿a qué costo?
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